El Coaching profesional consiste en una relación continuada que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Mediante el proceso de Coaching, la persona (Coachee) profundiza en su autoconocimiento, descubre sus sueños y aspiraciones, las traslada en objetivos y trabaja para convertirlos en realidad.

En cada sesión, la persona elige el tema de conversación mientras el coach escucha y contribuye con observaciones y preguntas. Este método ayuda a la persona a descubrir sus ideas limitantes y le motiva a actuar.

El coaching acelera el logro de los objetivos de la persona al proporcionar mayor enfoque y conciencia de sus posibilidades de elección.

El coaching toma como punto de partida la situación actual de la persona y se centra en lo que ésta esté dispuesta a hacer para llegar a donde le gustaría estar en el futuro, siendo conscientes de que todo resultado depende de las intenciones, elecciones y acciones del coachee, respaldadas por el esfuerzo del coach y la aplicación del método de coaching.

El concepto proviene del verbo inglés coach (“entrenar”). Su esencia implica suponer que el coachee ya dispone del conocimiento para solucionar todos aquellos asuntos con los que debe lidiar. Lo que debe hacer el coach, por lo tanto, no es enseñar algo nuevo, sino mostrar al coachee el camino para aprender de aquello que alberga en su interior.

El primer paso de un proceso de coaching consiste en que el coachee observe y analice su conducta y pensamientos, para después lograr que tome conciencia sobre los efectos de sus decisiones. Saber qué se busca (la meta a alcanzar), determinar cómo dirigirse hacia ese objetivo y evaluar, cada tanto, el camino elegido para ratificar o modificar las actuaciones.